Ahora que las carreras de ciclocross atraen cada vez a más deportistas y que el gravel parece que va cobrando fuerza entre los ciclistas, es el momento de intentar explicar de manera fácil y sencilla cuales son las diferencias entre ambas disciplinas.
Ambos tipos de bicis, ciclocross y gravel, pueden parecer similares, pero las diferencias son significativas.
Bicicletas de ciclocross: competición en estado puro
El Ciclocross (o CX) es una disciplina puramente de competición, en la que se compite por el campo y obligatoriamente con manillar de carretera.
La bici estéticamente puede ser muy similar a la de carretera, pero su geometría y sobre todo el paso de rueda es muy diferente, ya que se usan cubiertas de hasta 33 mm de anchura.
Esta medida está limitada por la normativa de competición, aunque la mayoría de cuadros actuales aceptan anchos de hasta 42 mm.
Actualmente prácticamente todas las bicis de ciclocross montan frenos de disco y monoplato, y siempre se usan pedales y calzado de mtb.
Los cuadros de las bicis de gama media suelen ser de aluminio y los de gama alta de carbono. No existe gama baja ya que al ser una disciplina puramente de competición el material suele ser más importante que para un uso recreativo.
¿Cómo son los circuitos de ciclocross?
El circuito suele tener entre 2,5 y 3,5 km de longitud y en la categoría reina (Élite) se compite durante un máximo de una hora + el tiempo que transcurra hasta terminar la vuelta en la que cumple el tiempo de carrera.
El circuito normalmente es artificial y se suelen utilizar parques o praderas cercanas a poblaciones, y tienen una serie de obstáculos que hay que sortear en los que a veces el ciclista se ve obligado a correr junto a la bici o con la bici al hombro para sobrepasarlos.
En cada circuito debe existir una zona de asfalto o grava con pavimento firme, hierba, bancos de arena, barro y tablones y/o troncos que obligan a ser rebasados desmontados de la bici o con la técnica del bunny hop.
También existen tramos de escaleras, pero siempre ascendentes que se suben corriendo con la bici al hombro.
Son circuitos normalmente llanos y muy revirados en los que es muy importante una acertada geometría del cuadro.
Las vainas, distancia entre ejes y tubo superior corto (comparado con las bici de gravel o MTB) permiten a los ciclistas trazar y enlazar curvas rápidamente y a su vez poder acelerar fulgurantemente después de cada una de ellas.
El tubo superior, más elevado de lo habitual, ofrece además el espacio perfecto para poder correr con la bici al hombro.
En cada curva y en cada obstáculo se puede ganar o perder un tiempo precioso por lo que los “ciclocrosistas” entrenan habitualmente tanto su forma física como su técnica, que resulta determinante.
El calendario de carreras suele comenzar a primeros de octubre y termina en enero.
Os recomiendo que os acerquéis a ver una competición para que podáis comprobar lo espectacular de esta modalidad y el increíble ambiente que reina entre los participantes.
En la web de cada federación encontraréis el calendario completo.
Bicicletas de Gravel: aventura y naturaleza
El Gravel sin embargo no tiene ese espíritu tan marcado de pura de competición, sino de aventura, y las carreras suelen ser en línea, en plena naturaleza y de distancias muy superiores.
Aunque existen excepciones como las pruebas del exigente Open de Madrid Gravel+, en el que se comparte circuito con la categoría XCM (maratón MTB) y se cubren distancias algo más cortas pero más exigente de lo habitual, unos 60kms con hasta 1800m de desnivel positivo.
Existen incluso carreras de fin de semana o varios días en modo supervivencia, en las que hay que cargar con todo lo necesario.
Las bicicletas de gravel por lo tanto están pensadas para recorrer largas distancias.
Su habitat natural son las carreteras alejadas del tráfico sin importar su estado de conservación y sobre todo las pistas de grava o arena o senderos limpios de rocas y raíces.
Por ello, las bicis de gravel no tienen la misma geometría que las bicis de ciclocross, y se diferencian principalmente en una mayor distancia entre ejes (VER VÍDEO) así como un eje de pedalier algo más bajo.
Ambas características, proporcionan una mayor estabilidad cuando vamos llaneando o bajando a altas velocidades, algo bastante habitual en carreteras o pistas durante nuestras rutas en la montaña.
Otra importante diferencia con las bicis de ciclocross es que las bicis de gravel suelen tener todavía más paso de rueda que las de CX, llegando a ser posible montar cubiertas de anchos casi similares a las que usan las bicis de MTB.
Pero ojo, en el apartado de cubiertas me parece interesante recalcar que el comportamiento de la bici varía bastante según la medida que elijamos, por lo que tendríamos que elegir la medida que mejor se adapte al uso lógico que queramos darle a nuestra gravel.
Después de haber estado testando diferentes medidas y usos durante los últimos años, podríamos afirmar que las 2 medidas más polivalentes de todas las que hemos probado en diferentes rutas gravel serían las siguientes: 700 x 37 o 700 x 40, la primera con un taqueado más rodador y polivalente y la segunda con un taqueado más marcado.
Con estas 2 medidas cubrimos prácticamente todos los terrenos lógicos para una gravel y son además compatibles con prácticamente todas las bicis de CX y Gravel del mercado, y además muy fáciles de encontrar.
La primera medida permite rodar muy rápido por asfalto (casi como una bici de carretera) y pistas de arena, y además tiene un balón mínimo para poder afrontar también algún tramo puntual más complicado o con piedras que podamos encontrarnos en el camino.
El salto a 700 x 40 lo recomendaríamos si ya sabemos de antemano que en nuestra ruta vamos a circular por tramos rotos, donde además de ese plus de balón necesitemos también un extra de agarre tanto lateral como en tracción y retención.
Ya no rodará tan rápido (y se nota) como con 37 mm, pero a cambio podremos adentrarnos puntualmente en terreno “casi” reservado para la mtb, aunque ese no sea a priori el objetivo ni el uso concebido de nuestra polivalente y ligera bici de gravel.
Si quieres más información puedes darle un vistazo al artículo sobre cubiertas de gravel, donde explicamos más profundamente los usos apropiados y resultados obtenidos con el resto de medidas de rueda, cubiertas y dibujos probados durante el último año, que van desde 700 x 32 (ciclocross) hasta 650b x 54, que equivale aproximadamente a una rueda de mtb con balón de 2.10. Dale un vistazo AQUÍ.
Pero os adelanto que los mejores resultados y por lo tanto las recomendadas para lo que entendemos como el uso más popular del gravel son las 2 medidas ya comentadas.
Ciclocross y gravel: similares pero diferentes
En la bicis de gravel el tubo superior no queda tan alto como en las bicis de CX, ya que no están pensadas para cargarlas al hombro, y menos aún si las llevamos cargadas con alforjas, ya que viajar con una bici de gravel es cada vez más habitual (con parrillas portabultos o en modo Bikepacking (ver post Bikepacking).
Precisamente para facilitar la faceta más viajera y aventurera de este tipo de bicis, encontraremos tanto en el cuadro como en la horquilla, múltiples roscas repartidas estratégicamente.
El objetivo es poder colocar diferentes portabultos, guardabarros, portabidones, bolsas centrales y/o laterales y todo el material de Bikepacking que podamos necesitar durante el viaje.
En las bicicletas de gravel también son habituales los frenos de disco y los pedales de MTB.
En cambio, no tanto el monoplato, a no ser que podamos disfrutar de la gama media/alta de componentes y contemos con un cassette de gran rango como por ejemplo los que vienen en los grupos Sram, que cuentan con un piñón grande de 42 dientes (o incluso se pueden llegar a montar piñoneras de 46 ó 50 dientes como los actuales grupos monoplato de MTB de Sram o Shimano).
Existen bicis de Gravel de gama baja, media y alta, y diferentes materiales para el cuadro.
Normalmente los modelos más económicos son de aluminio y los más altos de gama pueden ser de carbono o titanio.
Y aunque suene extraño el acero vuelve con fuerza al mundo del gravel gracias a las propiedades elásticas de este material, que dotan a este tipo de bicis de un confort extra y un look muy vintage que a muchos nos enamora.
Ciclocross Versus Gravel
Es importante recalcar que con una bici de ciclocross podemos practicar también gravel y pasarlo muy bien, simplemente cambiando las cubiertas por unas de mayor anchura (37, 40 o hasta 42 si el cuadro y horquilla lo permite).
Aunque tendremos que tener más cuidado y agarrarnos más fuerte o bajar más despacio cuando circulemos a altas velocidades, ya que su geometría no está optimizada para ese uso en carretera, pistas y caminos.
Igualmente con una bici específica de gravel podríamos rodar por un circuito de CX y divertirnos, pero (salvo conocidas excepciones como el gran Jeoff Kabush y su OPEN UP) no seríamos competitivos en una carrera de ciclocross aunque le pongamos unas cubiertas de 33 mm para cumplir con la normativa.
Y la razón es sencilla: Por lo general la bici de gravel no está preparada para brindarnos la ligereza, aceleración y agilidad necesarias en una competición de CX, donde se busca el máximo rendimiento y no existen bajadas ni largas rectas, sino continuos cambios de ritmo, curvas y obstáculos.
Si quieres dar un vistazo a nuestra gama completa de bicicletas de gravel y ciclocross, haz click AQUÍ.
Espero haber podido aclarar las principales diferencias, pero si necesitas más información no dudes en escribirnos a: [email protected]
Julio Sánchez, Cofundador y Gerente en Sanferbike
292 comentarios en “Diferencias entre ciclocross y gravel: todo lo imprescindible para saber distinguirlas”
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